sábado, 4 de febrero de 2012

En historia de Canarias: Aún hay mucho por hacer...


Aún queda mucho por hacer.

Llevamos ya un montón de años con un “Gobierno Autónomo” capitaneado por un partido que se autoreconoce como nacionalista. Se supone, por ello, que las instituciones públicas vinculadas a la cultura y a la enseñanza se han preocupado porque la identidad canaria, en todas sus facetas, sea conocida por el mayor número de personas posibles. Sin embargo, después de “largos años de autogobierno” un alumno de 11 años de nuestras islas puede encontrarse en el año 2012 en su aula con un mapa, como el de la foto, donde se señala que los únicos yacimientos arqueológicos dignos de mención en Canarias son la Fortaleza de Chipude y Timanfaya.

A la vista de ese disparate, cometido por una editorial foránea y permitido por un sistema educativo que no detecta el error, hemos de llegar a una única conclusión: aún hay mucho por hacer para recuperar y preservar para las futuras generaciones las características culturales que como pueblo diferenciado tienen los canarios desde hace miles de años.

No podemos, ni debemos, mantenernos impasibles ante la “desinformación” que están llegando a nuestras aulas. Libros de texto que hablan de la “isla de Tamaran”, de la “existencia de grandes canes que dan nombre a las islas”, de “ovejas lanudas” o de “adoración a la piedra Zanata” son más frecuentes de lo que pensamos.

No es de recibo que un estudiante no conozca que en las Islas no sirve eso de que “la prehistoria comprende tres periodos: el paleolítico, el neolítico y la edad de los metales”. En Canarias ese esquema no es aplicable, hay que enseñar la parte general, pero cuando se hace referencia a las islas hay que señalar las particularidades que se produzcan en ellas.

A la espera de una respuesta del sistema educativo oficial, si es que esta se produce, los profesores son los llamados a suplir la laguna producida por la falta de rigor científico de los libros que hablan de nuestra historia.

En sus manos está investigar, ampliar y transmitir de forma correcta nuestra historia a los jóvenes canarios. Les animo a implicarse, como ya muchos de ellos hacen, en la digna labor de que nuestros estudiantes conozcan el mundo que les rodea, desde el más inmediato, las islas, al más lejano.

Nuestro futuro está en sus manos y afortunadamente cada vez son más los enseñantes que han aceptado el reto y se convierten en transmisores de nuestra historia, que como siempre digo no es ni mejor ni peor que otras historia, solo que “es la nuestra”.

En estos tiempos que corren cada vez son más las voces que llaman a la sociedad civil a participar en la vida común. El mantenimiento de la idiosincrasia del pueblo canario, formado por la aportación de diversas culturas a partir de los primeros pobladores, es una de las cosas donde los ciudadanos tenemos mucho que decir, algunos desde la escuela, otros desde la rondalla, otros desde el fogón de una cocina…

Participemos todos en la recuperación y mantenimiento de nuestra historia y nuestras tradiciones para el disfrute de todos los que vivimos aquí y para el disfrute de quienes nos visitan. 

1 comentario:

Antonio Castellano dijo...

En eso estamos, Juan Carlos, ¡pero qué difícil! Como diría Secundino, parece que todo conspira contra nosotros: las TVs., el cine, muchos padres y docentes, ... Supongo que habrá que continuar a pesar de todo, ¿no?
Un abrazo y sigamos adelante, cho.