Si miramos un mapa de las Islas Canarias nos parecerán un trozo minúsculo de tierra en un océano inmenso. Sin embargo existen miles de razones que convierten a Canarias en un lugar maravilloso donde vivir; su clima, su belleza natural, la forma de ser de sus gentes o simplemente las posibilidades deportivas del mar que nos rodea.
En estos tiempos en que occidente busca
nuevas formas de pensamiento y creencias, como puede ser la recuperación de la
celebración de los solsticios o la búsqueda de la energía de la madre tierra,
nuestras islas tienen mucho que ofrecer también en ese
campo.
Todos los años Stonehenge recibe la visita
de miles de personas que no ven sus piedras como un monumento humano, sino como
un catalizador de la energía proveniente de la cultura celta. En Europa existen
rutas turísticas que recorren catedrales, mostrándolas no como ejemplo de la
arquitectura humana, sino como templos misteriosos que pueden encerrar entre sus
muros saberes ocultos de los templarios. Escocia ha rentabilizado al máximo la
posible existencia de un monstruo en uno de sus lagos y hasta en los Estados
Unidos hay un pueblo, el de Roswell, que vive de un supuesto OVNI que los visitó
en los años 60.
Si hablamos de mitos, misterios y leyendas,
nuestras islas, a pesar de esa pequeñez a la que me refería al principio de esta
reflexión, tiene mucho que decir al Mundo: Tindaya, el Valle de Ucanca, Cuatro
Puertas, la aparición de las Vírgenes del Pino y la Candelaria, la Luz de
Mafasca o de la Isleta, los Tibicenas que recorrían nuestros campos como almas
diabólicas, El Bentayga, las Pirámides de la Palma, los avanzados conocimientos
de astronomía de los primeros canarios, San Borondon…
Si se quiere ofrecer al visitante algo más
que sol y playa, una de las cosas que podemos compartir con el mundo es
precisamente ese halo de leyenda que nos rodea desde que nos llamaron Islas
Afortunadas o Jardín de las Hespérides, hace ya más de 3000
años.
Nuestro rico legado de Mitos y Leyendas es
un atractivo más para invitar a los foráneos a visitarnos y a conocernos. ¿No
creen que muchas personas pagarían por visitar un sitio como el que aparece en este artículo?
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