Hoy día 20 de marzo he tenido la gran suerte de recibir la Primavera en la Necrópolis de Arteara, en Gran Canaria. Los antiguos canarios quisieron que el primer "sol" de la primavera iluminara la tumba central del yacimiento arqueológico, túmulo que ha recibido el nombre de "la tumba del rey". No tengo palabras para describir lo que sentí estando en el mismo lugar en que hace miles de años nuestros antepasados contemplaban y adoraban al Magec, organizando su vida de forma acorde a sus ciclos astronómicos.
No se si los antiguos pedían deseos en días tan especiales yo, por si acaso, pedí lluvia para nuestras tierras, que nuestra naturaleza no sea degradada aún más y que "no falte el pan, la libertad y la felicidad" en ninguno de los hogares de las islas.
Quisiera compartir con todos y todas el especial momento en que el Magec, imponente, irrumpe en la Necrópolis y da luz a la "tumba del rey".
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